No es una guerra, no hay ejércitos enfrentados. Es una matanza.
No es un fracaso de la diplomacia internacional.
Es una prueba más de complicidad con el ocupante.
No se trata tan solo de Estados Unidos de América que no es referencia moral ni política sino parte del crimen contra el pueblo palestino, ante todo se trata de Europa, de la decepcionante debilidad, ambigüidad, hipocresía, de la diplomacia europea.

Lo más escandaloso y devastador de lo que está ocurriendo en Gaza es que puede ocurrir ( y está ocurriendo ) sin que pase nada. La impunidad de Israel no se cuestiona, la violación continuada DURANTE DECADAS de la legislación internacional, los términos de la Convención de Ginebra y las mínimas normas de humanidad, no tienen consecuencias.Más bien, al contrario, parece que se premia con acuerdos comerciales preferentes con el estado ocupador.
Obscenas y arrogantes resultan las frases de algunos políticos repartiendo responsabilidades a partes iguales entre el ocupante y el ocupado, entre el que asedia y el asediado, entre el verdugo y la víctima. Qué indecente la pretendida equidistancia que equipara al oprimido con su opresor. El lenguaje no es inocente. Las palabras no matan pero aportan lo suyo que sea justificado EL CRIMEN.
En Gaza de hace décadas se están se están cometiendo crímenes ante los ojos de toda la humanidad ignorante y egoísta.